Ante la reiterada incapacidad del “Asesor de Oro y Jurista” de Ricardo Velázquez Cruz, el gobernador precioso, de plano con los tompiates hasta el cuello, a decidido buscar abogados reconocidos de manera nacional en materia de derecho penal y amparo para ser defendido, por el posible temor de perder la investigación del máximo tribunal de justicia en el país.
El que sea “gratis” por ser “amigos” del marrano y/o de Velázquez, está en franca duda.
Primero, porque el ahora gobernador, en sus tiempos estudiantiles, realmente fue muy mediocre como estudiante, no tiene ninguna especialidad, ni posgrado, ni mucho menos maestría, por lo tanto, en lo profesional como colegas exitosos ni se conocían.
Eso si, el marranín se especializó en ser un burócrata confiable ante sus diferentes jefes, aprendió a mamar sin cara de “fuchi” muy bien las “bananas” en turno y el resultado es hoy la gobernatura del estado, con poco seso y buena boca.
El segundo, me refiero a Velázquez, efectivamente tiene doctorado, pero como muchos, solo le sirve para apantallar a los naquitos de su familia y burócratas que lo rodean, pues en su vida profesional es un simple X, como miles que pululan en México, donde la mediocridad es aplaudida y hasta festejada siempre que no vivas en el error, o sea fuera del presupuesto.
El por qué dudo que sea gratis, es fácil, tan solo con leer la curricula de estos juristas, para asegurar que no regalan su trabajo.
Alonso Aguilar Zinser, abogado de Raul Salinas de Gortari en noviembre de 2001 fue contratado, para que le tramitara un amparo por la sentencia que le habían otorgado de 27 años.
El 10 de junio de 2005 logra este abogado Aguilar Zinser anular la sentencia.
¿Resultado?
Simplemente excelente.
Este mismo jurista defendió al truhán de Oscar Espinosa Villarreal ex Jefe del Departamento del Distrito Federal, quien también en amparos logró evitar su encarcelación.
¿Y todo este trabajo fue gratis o a bajo costo?
Para nada, estos ladrones de carretadas de dinero del erario federal y local, tuvieron que pagar el derecho a la libertad a precio de oro.
Fabian Aquinaco Bravo experto amparista, hijo del expresidente de la SCJN José Aguinaco Alemán, ahora jubilado–, el 20 de agosto de 2005, estuvo a punto de lograr que el ex ministro de relaciones exteriores Jorge Castañeda Gutman lograra ser candidato independiente en la carrera presidencial.
Aquinaco Bravo, conociendo las acciones de Alberto Fujimori “el chino” en su país natal del Perú, estuvo a punto de romper el equilibrio producido en la SCJN cuando cinco de diez ministros estuvieron a favor de darle entrada a un juicio de amparo que promovió.
Durante casi dos años, Castañeda desplegó una estrategia legal concebida por Gonzalo Aguilar Zinser, hermano de Adolfo y Alonso.
Consciente desde el inicio de que iría a contracorriente por la imposibilidad jurídica que existe en México de que un ciudadano, sin el aval de un partido, pueda impugnar la legislación electoral, Castañeda Gutman encontró en la experiencia del expresidente peruano los argumentos que no sólo dividieron, sino que evidenciaron el “diálogo de sordos” que según Fabián Aguinaco se produjo en la Corte por el caso del excanciller.
El que sea “gratis” por ser “amigos” del marrano y/o de Velázquez, está en franca duda.
Primero, porque el ahora gobernador, en sus tiempos estudiantiles, realmente fue muy mediocre como estudiante, no tiene ninguna especialidad, ni posgrado, ni mucho menos maestría, por lo tanto, en lo profesional como colegas exitosos ni se conocían.
Eso si, el marranín se especializó en ser un burócrata confiable ante sus diferentes jefes, aprendió a mamar sin cara de “fuchi” muy bien las “bananas” en turno y el resultado es hoy la gobernatura del estado, con poco seso y buena boca.
El segundo, me refiero a Velázquez, efectivamente tiene doctorado, pero como muchos, solo le sirve para apantallar a los naquitos de su familia y burócratas que lo rodean, pues en su vida profesional es un simple X, como miles que pululan en México, donde la mediocridad es aplaudida y hasta festejada siempre que no vivas en el error, o sea fuera del presupuesto.
El por qué dudo que sea gratis, es fácil, tan solo con leer la curricula de estos juristas, para asegurar que no regalan su trabajo.
Alonso Aguilar Zinser, abogado de Raul Salinas de Gortari en noviembre de 2001 fue contratado, para que le tramitara un amparo por la sentencia que le habían otorgado de 27 años.
El 10 de junio de 2005 logra este abogado Aguilar Zinser anular la sentencia.
¿Resultado?
Simplemente excelente.
Este mismo jurista defendió al truhán de Oscar Espinosa Villarreal ex Jefe del Departamento del Distrito Federal, quien también en amparos logró evitar su encarcelación.
¿Y todo este trabajo fue gratis o a bajo costo?
Para nada, estos ladrones de carretadas de dinero del erario federal y local, tuvieron que pagar el derecho a la libertad a precio de oro.
Fabian Aquinaco Bravo experto amparista, hijo del expresidente de la SCJN José Aguinaco Alemán, ahora jubilado–, el 20 de agosto de 2005, estuvo a punto de lograr que el ex ministro de relaciones exteriores Jorge Castañeda Gutman lograra ser candidato independiente en la carrera presidencial.
Aquinaco Bravo, conociendo las acciones de Alberto Fujimori “el chino” en su país natal del Perú, estuvo a punto de romper el equilibrio producido en la SCJN cuando cinco de diez ministros estuvieron a favor de darle entrada a un juicio de amparo que promovió.
Durante casi dos años, Castañeda desplegó una estrategia legal concebida por Gonzalo Aguilar Zinser, hermano de Adolfo y Alonso.
Consciente desde el inicio de que iría a contracorriente por la imposibilidad jurídica que existe en México de que un ciudadano, sin el aval de un partido, pueda impugnar la legislación electoral, Castañeda Gutman encontró en la experiencia del expresidente peruano los argumentos que no sólo dividieron, sino que evidenciaron el “diálogo de sordos” que según Fabián Aguinaco se produjo en la Corte por el caso del excanciller.
Para que la cuñe apriete, tiene que ser del mismo palo, y el hijo de un ex presidente de la SCJN no se encuentra en la sección amarilla, como cuando se busca la compra venta de marranos.
Por otros lado, los pactos que tuvo el marranín con el madrazo, para ser gobernador y presidente de la república, el primero le regaló un “ranchito”, y nunca este estuvo a nombre del marrano.
Entonces, a lo mejor tiene otros guardaditos como el mencionado, para pagar a estos buenos “amigos”, digo, para que no se le acuse de utilizar el erario público actual, pues el que ya se robó con anticipación, nunca se probó.
No cabe duda que el abogado de Lydia Cacho, Xavier Olea ha demostrado ser también uno de los mejores a nivel nacional, y la soberbia de Velázquez y de su defendido ha sido tan extrema, que ahora asustados estos "changuitos" de rancho, esperan que como en el béisbol, que los emergentes en la última entrada, para caer el último out, “chance” logren dar la voltereta al partido.
Por otros lado, los pactos que tuvo el marranín con el madrazo, para ser gobernador y presidente de la república, el primero le regaló un “ranchito”, y nunca este estuvo a nombre del marrano.
Entonces, a lo mejor tiene otros guardaditos como el mencionado, para pagar a estos buenos “amigos”, digo, para que no se le acuse de utilizar el erario público actual, pues el que ya se robó con anticipación, nunca se probó.
No cabe duda que el abogado de Lydia Cacho, Xavier Olea ha demostrado ser también uno de los mejores a nivel nacional, y la soberbia de Velázquez y de su defendido ha sido tan extrema, que ahora asustados estos "changuitos" de rancho, esperan que como en el béisbol, que los emergentes en la última entrada, para caer el último out, “chance” logren dar la voltereta al partido.
