10/24/06

UNA REFLEXIÓN SOBRE LOS MEDIOS 2ª parte

Noam Chomsky

¿Qué hace que los medios convencionales sean convencionales?

Si habéis leído Rebelión en la Granja, de George Orwell, que fue escrita a mediados de los 40, era una sátira de la Unión Soviética, un estado totalitario. Fue un gran éxito. Todos estaban encantados. Pero resulta que había escrito una introducción a Rebelión en la Granja que fue suprimida. Sólo apareció 30 años más tarde. Alguien la encontró entre sus papeles. La introducción versaba sobre "Censura literaria en Inglaterra" y lo que decía es que obviamente ese libro estaba ridiculizando la Unión Soviética y su estructura totalitaria, pero que Inglaterra no era tan diferente. No tenemos el KGB vigilándonos pero el resultado es bastante parecido. La gente que tiene ideas independientes o que tiene las ideas equivocadas es apartada.

Habla un poco, sólo dos frases, sobre la estructura institucional. Dice, ¿cómo pasa eso? Bueno, primero, porque la prensa es propiedad de gente muy rica que quiere que sólo ciertas cosas lleguen al público. Lo otro que dice es que cuando pasas por el sistema educativo de élite, cuando vas a las mejores escuelas de Oxford, aprendes que hay ciertas cosas que no está bien decir y hay ciertas ideas que no está bien tener. Ese es el papel socializante de las instituciones de élite y si no te adaptas te apartan. Esas dos frases más o menos lo dicen todo.

Cuando criticas a los medios y dices, mirad, esto es lo que escribe Anthony Lewis o cualquier otro, se enfadan mucho. Dicen, con mucha razón, "Nadie me dice qué tengo que escribir. Escribo lo que quiero. Todo ese rollo sobre presiones y limitaciones es una tontería, yo nunca tengo ninguna presión". Lo cual es completamente cierto, pero el tema es que no estarían ahí si no hubieran demostrado previamente que nadie tiene que decirles qué escribir porque ya dirán lo correcto ellos mismos. Si empiezas en el apartado de noticias metropolitanas, por ejemplo, y sigues las historias no adecuadas, no llegarás nunca a las posiciones en que puedas decir cualquier cosa que te apetezca. Lo mismo ocurre con la mayoría de profesores de universidad en las disciplinas más ideológicas. Han pasado por el sistema de socialización.

Muy bien, entonces examinas la estructura del sistema en su conjunto. ¿Cómo esperas que sean las noticias? Bueno, es bastante obvio. Toma el New York Times. Es una empresa que vende un producto. El producto son las audiencias. No ganan dinero cuando compras el periódico. Están contentos poniéndolo gratis en la red. De hecho, pierden dinero cuando compras el periódico. Pero la audiencia es el producto. El producto es gente privilegiada, justo la misma gente que está escribiendo esos periódicos, ya sabes, la gente que toma las decisiones de alto nivel en esta sociedad. Tienes que vender un producto a un mercado, y el mercado es, por supuesto, los anunciantes (es decir, otras grandes empresas). Sea televisión o periódicos o lo que sea, están vendiendo audiencias. Grandes empresas que venden audiencias a otras grandes empresas. En el caso de los medios de élite, son empresas muy grandes.

Bueno, ¿qué esperas que ocurra? ¿Qué predicción harías sobre la naturaleza del producto de los medios, dadas las circunstancias? ¿Cuál sería la hipótesis nula, el tipo de conjetura que harías sin asumir nada más? La suposición obvia es que el producto de los medios, lo que aparece, lo que no aparece, el modo en que se presenta, reflejará los intereses de los compradores y vendedores, y de las instituciones y sistemas de poder que están a su alrededor. Si no pasara eso, sería una especie de milagro.

Bien, entonces viene el trabajo duro. Te preguntas si realmente funciona como has predicho. Bueno, podéis juzgar vosotros mismos. Hay mucho material sobre esta hipótesis obvia, que ha sido sujeta a las pruebas más duras imaginables, y aún aguanta notablemente bien. Virtualmente nunca encontrarás en las ciencias sociales algo que apoye de manera tan clara cualquier conclusión, lo cual no es una gran sorpresa, porque sería milagroso que no fuera así dadas las fuerzas que están operando.

Lo siguiente que descubres es que todo esto es completamente tabú. Si vas a la Kennedy School of Government o a Stanford [dos renombrados programas de Ciencias Políticas], y estudias periodismo y comunicación, o ciencia política académica, etc, esas cuestiones probablemente no aparecerán. Es decir, la hipótesis que a cualquiera se le ocurriría sin saber nada de nada, no se puede expresar, y las pruebas que lo demuestran no se pueden discutir. Bueno, también predices eso. Si examinas la estructura institucional, dirías, claro, eso ocurrirá porque, ¿por qué querría esa gente verse descubierta? ¿Por qué deberían permitir que hubiera un análisis crítico de lo que están haciendo? La respuesta es, no hay razón para permitirlo y de hecho no lo permiten. De nuevo, no es una censura directa. Es sólo que no llegas a esos puestos. Eso incluye a la izquierda (lo que se llama izquierda) tanto como la derecha. A no ser que hayas sido adecuadamente formado y socializado para que haya ciertas ideas que simplemente ya no tengas, porque si las tuvieras no estarías ahí. Así que tienes un segundo orden de predicción, que es que el primer orden de predicción no se puede discutir.
La última cosa a examinar es el marco doctrinal en que esto tiene lugar. La gente que está en los más altos puestos del sistema de información, incluyendo los medios, la publicidad, la ciencia política académica, etc, ¿tiene esa gente una imagen real de lo que ocurre cuando escriben para ellos mismos? (no cuando están haciendo discursos). Cuando hacen discursos, son todo bonitas palabras. Pero cuando escriben para ellos mismos, ¿qué dice esa gente?

Hay básicamente tres fuentes a examinar. Una es la industria de relaciones públicas, ya sabes, la industria de propaganda de las grandes empresas. ¿Qué dicen los líderes de la industria de PR (relaciones públicas)? El segundo lugar a examinar es los llamados intelectuales públicos, los grandes pensadores, la gente que escribe editoriales y cosas así. ¿Qué dicen estos? La gente que escribe libros impresionantes sobre la naturaleza de la democracia y ese tipo de cosas. La tercera fuente que examinas es el sistema académico, concretamente la parte de la ciencia política relacionada con las comunicaciones y la información y todo eso, que ha sido un rama de la ciencia política desde hace 70 o 80 años.

Entonces, examinas esas tres cosas y ves lo que dicen, ves lo que las grandes figuras han escrito sobre eso. Todos dicen (cito en parte) que la población general son "intrusos ignorantes y entrometidos". Tenemos que mantenerlos lejos de la arena pública porque son demasiado estúpidos y si tomaran parte todo lo que harían sería crear problemas. Su sitio es ser "espectadores", no "participantes".

Se les permite votar de vez en cuando, escoger a alguno de nosotros, los tipos listos. Pero luego se supone que deben volver a casa y hacer cualquier otra cosa, mirar el fútbol o lo que sea. Pero los "intrusos ignorantes y entrometidos" tienen que ser "espectadores, no participantes". Los participantes son lo que se llama la "gente responsable" y, por supuesto, el escritor siempre es uno de ellos. Nunca te preguntas, ¿por qué yo soy un "hombre responsable" y aquel otro está en la cárcel? La respuesta es bastante evidente. Es porque tú eres obediente y estás subordinado al poder, y esa otra persona puede ser independiente, etc. Pero no te lo preguntas, claro. Así que tenemos a esos tipos listos que se supone que deben dirigir el cotarro y el resto se supone que estará fuera de eso, y no deberíamos sucumbir (y cito de un artículo académico) "a los dogmatismos democráticos de que los hombres son los mejores jueces de sus propios intereses". No lo son. Son unos jueces malísimos de sus propios intereses, así que tenemos que hacerlo nosotros por su propio bien.

De hecho, eso es muy similar al leninismo. Hacemos todo esto por vosotros, lo hacemos en interés de todos, etc. Me imagino que esa es en parte la razón por la que ha sido históricamente tan fácil para esa gente cambiarse la chaqueta y pasar de ser entusiastas estalinistas a grandes partidarios del poder de los EE.UU. La gente cambia muy fácilmente de una posición a la otra, y mi sospecha es que es porque básicamente es la misma. No es un gran cambio. Simplemente haces una estimación diferente de dónde está el poder. En un momento crees que está aquí, en otro crees que está allí. Pero adoptas la misma postura.

¿Cómo hemos llegado hasta aquí? Es una historia interesante. Gran parte viene de la Primera Guerra Mundial, que es una encrucijada. Cambió considerablemente la posición de los EE.UU. en el mundo. En el siglo XVIII los EE.UU. eran ya el sitio más rico del mundo. La calidad de vida, la salud, la longevidad que tenían no se alcanzó, entre la clase alta británica, hasta el siglo XX, no digamos en el resto del mundo. Los EE.UU. eran extraordinariamente ricos, con enormes ventajas, y, a finales del siglo XIX, tenían con mucho la mayor economía del mundo. Pero no era un actor importante en el teatro mundial. El poder estadounidense se extendía a las islas del Caribe, alguna parte del Pacífico, pero no mucho más.

Durante la Primera Guerra Mundial, las relaciones cambiaron. Y cambiaron más dramáticamente durante la Segunda Guerra Mundial. Después de ésta, los EE.UU. más o menos tomaron el mando del mundo. Pero después de la Primera ya hubo un gran cambio, y los EE.UU. pasaron de ser un país deudor a ser un país acreedor. No era enorme, como Gran Bretaña, pero adquirió un papel importante en el mundo por primera vez. Ese fue un cambio, pero hubo otros.
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