Selene Ríos Andraca
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Twitter: @SeleneRios (flordecalabaza0@gmail.com)
A Luisa Fernanda
Por ser mi Straw favorita
Feliz cumpleaños
¡Oh Lord!
¿Alguien le puede avisar a Mario Marín que ya no es el primer priista en la entidad?
Aquellos que creyeron que el exmandatario dedicaría los próximos años de su vida a asolearse en un enorme, frondoso y coqueto jardín, a cuidar a sus nietecitos y a cosechar jugosos frutos de una huerta, temo decirles que pecaron (pecamos) de ingenuos.
Quienes apostaron a que el exgobernador huiría de Puebla para refugiarse en Las Bahamas, debo avisarles que son unos ilusos.
Los priistas que soñaron con enterrar los vestigios del marinismo para “reconstruirse”, lamento informarles que pierden su tiempo.
Mario Marín aún no se entera que, desde las 24 horas del primero de febrero, no es más que un mal recuerdo en las filas del tricolor.
Un ex gobernador.
Un priista más y ya.
Veamos:
El pasado fin de semana, Mario Marín llamó a sesión para decidir el futuro del tricolor.
¿Qué, qué?
El ex mandatario sostuvo un encuentro con sus correligionarios Juan Carlos Lastiri Quiros, Pablo Fernández del Campo, Juan de Dios Bravo y Gerardo Mejía. —¿También les cuesta creer que Javier López Zavala no fue convocado?—
Y Marín habló como antes.
Con el mismo tonito cargado de desdén.
Movió las manos con la misma suficiencia de antaño.
Hizo las mismas muecas irritables.
Por supuesto que giró órdenes, como si aún fuera importante.
El primer punto que tocó fue la renovación en el Comité Municipal capitalino.
La orden fue directa.
—Pablo, Juan (de Dios), ustedes pónganse de acuerdo sobre quién será el dirigente y ya, no le muevan más… ¿Entendiste, Juan Carlos?
El dirigente priista asintió con sus ojos azules clavados en sus zapatos.
Pablito Fernández y Juan de Dios Bravo sonrieron.
Nerviosos, pero sonrieron.
—Sí, sí, sí señor, así será— respondieron casi al unísono.
Después, Marín comenzó a hablar de “El gran tema del día”.
—A ver, tú, Juan Carlos…
—¿Sssí?
—Pues, necesito que te pongas a trabajar.
—Sssí, se…señor… estamos tra-trabajando pa…para el par…partido.
—Ajá.
—Ti…tiempo completo… ful taim, co-como dicen por´aí.
—Ajá. Pues ya comienza con las reuniones ¡Eh!
—Sssí, se…señor… Mmm… ¿Cu…cuáles reuniones?
—¡Chingá! ¿Cómo qué cuáles, pues? Ja, ja, ja.
Todos, sin entender un gramo de la conversación se carcajearon con el exmandatario.
—Pos las reuniones pa´ lo mío.
—Este…mmm…
—¡Para la Senaduría, mi chingón!
—¡Ah! ¡Sí! ¡Claro! ¡Con mucho gusto!
—¡Eso chingá! Seré candidato a senador y con Peña al frente, pos, ya sabemos qué es lo que pasará.
Ninguno de los presentes refutó las ideas de Marín.
Nadie detuvo los delirios del exgobernador.
Marín tiene una Senaduría… por lo menos en su cabeza.
¡Yisus craist! —Are Dávila, dixit—
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