17 meses han pasado ya desde que el maldito huracán Stan golpeara salvajemente a centenares de familias pobres y el infeliz precioso está más preocupado por defenderse que por ayudar a los damnificados.
Hoy, Milenio Puebla publica un excelente reportaje al respecto.
Sólo se ha comprobado la mitad del dinero que se entregó al gobierno; no hay fecha de terminación de “acciones” para mitigar los daños.
No me extraña ni tantito, el precioso aprovecha cualquier dinero para dos cosas:
1. meterlo a su defensa
2. robar lo que pueda antes de que lo declaren culpable
Ojalá la federación lo audite pronto.