A principios de noviembre los ministros de la Suprema Corte de Justicia tomaron un acuerdo sobre el destino de la investigación Cacho-Marín: uno de ellos se haría cargo de llegar hasta las últimas consecuencias y asumir el costo de la inocencia o culpabilidad del gobernador poblano ante la sociedad mexicana y las Cámaras del Congreso de la Unión. Por unanimidad se determinó que sería Juan Silva Meza, el único ministro especialista en derecho penal. El más enfático en ahondar las relaciones del triángulo Marín-Nacif-Succar y perseguir a las redes de pederastia. Ayer se cumplieron las previsiones.
Si los marinistas pensaban que la historia del escándalo se había terminado, hoy enfrentan el peor mensaje de la Corte. El ministro que dos veces ya ha votado contra el gobernador poblano tendrá su destino en las manos. Dos noticias aun peores. La investigación será tan amplia como se pueda; no sólo se indagará a los actores preponderantes de la acción concertada contra la periodista. También descubrirán los nexos entre los pederastas y el gobernador. El tema maldito. El infierno que han buscado sepultar.
Si faltare algo, el escudo sobre el que se fincó la inocencia de Marín se ha derrumbado. Los nuevos investigadores tomarán la conversación telefónica como un nexo entre las intenciones y los efectos materiales. Y peor: en la discusión de ayer se entreabrió la posibilidad de los ministros le den validez probatoria al espionaje telefónico. Se acabó la farsa de ¡Es mi voz pero no es mi voz!
Aunque el hecho fue silenciado por la prensa oficialista, el rostro de Blanca Laura Villeda y Hugo Isaac Arzóla lo decía todo. ¿Por qué vino la PGR? A constatar la alteración de la escena del crimen: secretarias removidas, judiciales en permiso, puertas de otro color. Todo por instrucciones de la Procuradora.
Otro escudo silencioso se derrumbó: Miguel Quirós Péres fue descubierto en su operación silenciosa y metódica de apoyo al marinismo desde el Consejo de la Judicatura Federal. Como lo detalló Álvaro Delgado en Proceso y fue confirmado por Lydia Cacho, Quirós Pérez ha cabildeado el tema en la Suprema Corte con los ministros, aunque sus resultados son magros. Su enlace en Puebla, Guillermo Deloya Cobián, también ya está bajo la lupa.¿Hay algún optimista al interior del marinismo? ¿Todavía creen que todo está bajo control?
La resolución de la Suprema Corte es muy clara: un equipo de pesos pesados se trasladará a Puebla para enjuiciar al gobierno estatal y al poder judicial local. Las cabezas de Mario Marín, Guillermo Pacheco Pulido y Blanca Laura Villeda se encuentran en conserva. Además de Silva Meza, los ministros envían a sus magistrados penales de lujo.
Fuentes del poder judicial federal revelan que Anastasio Escobar Ángeles, magistrado del 2º Tribunal Colegiado Penal del Primer Circuito y coadyuvante de Juan Silva Meza en la investigación, es el mejor funcionario judicial del país, encargado de los temas relevantes en materia de crimen organizado Un verdadero hijo de la chingada. El otro magistrado investigador, Sergio Alvarado Fuentes, goza de tanta confianza que incluso fue seleccionado para integrar las ternas al Tribunal Electoral.
Horas oscuras vive el marinismo. Sospechan que la visita de Felipe Calderón en lugar de ayudarlos, terminó por perjudicarlos. La reacción de la opinión pública nacional fue un reproche unánime. Quizá después de constatarlo, Calderón entendió que debía cumplir su promesa de campaña por un dejo de elemental congruencia. Quizá por eso ha comenzado a caer la guillotina.
Un terremoto cimbrará Puebla cuando Juan Silva Meza y sus magistrados vengan a Puebla para comenzar sus propias indagatorias. La lista de personajes a entrevistar es amplia Ahí estaremos nosotros también. Comparecientes de lujo a las puertas de la catástrofe. Tenemos nuestra verdad.