3/3/06

LOS ENEMIGOS DEL GOBER PRECIOSO

Por José Luis Pandal

A Puebla y los poblanos

Impresionante ¡qué cantidad de gente! Significativo ¡qué calidad de gente! Contundente: detrás está la gente, Serrat dixit. La manifestación ciudadana del domingo 26 de febrero no deja dudas; nuestra sociedad ha madurado, no se deja engañar ni manipular, conoce y defiende sus derechos y ha dejado atrás el miedo personal y el temor a las represalias.

Pero seamos justos. El éxito extraordinario de la marcha es responsabilidad de los enemigos del gobernador, no hay duda. Creo que es mi deber destacar su actuación, reconocer su contribución al actual estado de cosas en Puebla.

En principio reconozcamos los méritos de sus más cercanos “amigos”, esos ambiciosos con agenda propia que lo marean con halagos infinitos, que lo endiosan y lo hacen levitar, que le susurran “tú serás rey” como si deveras les importara su futuro (el del gobernador, se entiende) más que el propio. Aquí caben los burócratas que aspiran a mejores chambas, a seguir robándose los bienes públicos, a continuar disfrutando las delicias del poder (viajes, choferes, guardaespaldas, fotos en los diarios, etcétera). También los empresarios lambiscones, esos que lo utilizan para sus muy particulares intereses y que mañana (¿o ya hoy?) lo desconocerán y le quitarán el saludo, esos que lo desprecian desde siempre pero que se humillan sin vergŸenza ninguna mientras medran amparados por su poder (¿cómo olvidar lo abyecto del que lo proclamó futuro presidente de México en aquella reunión ridícula, para no mencionar, otra vez, al monseñor de la ignominia que lo bautizó, para siempre, ¿“mi gober precioso”?).

No olvidemos tampoco a los ganapanes de la prensa vendida, los que difunden la propaganda que se quiere hacer pasar por información, los que entienden la comunicación social como el arte de tapar soles con los dedos aporreadores de teclas, los que ayer lo atacaron sin piedad y hoy lo alaban sin dignidad confiados en que la gente no tiene memoria (existen las hemerotecas) y que, con dinero, siempre bailan al son que les toquen, esos que se leen entre ellos y creen que forman la “opinión pública”.

Esta caterva de cínicos quiere convencer a su mandante de que son los partidos de oposición(¡con fines eletoreros!), los traidores de la prensa(¡si les compramos publicidad para nuestros programas!), los amargados (¡quisieran ser como nosotros!), quienes fraguaron un complot y destrozaron “el proyecto”. Quieren hacerle creer que lo grave es la ilegalidad de la intervención telefónica (que investigue quien esté obligado a ello, desde luego) y no lo contenido en las conversaciones.

Que no engañen al gobernador; que Mario Marín no se engañe. Los campesinos no son suyos, no tienen dueño, no necesitan que los quieran sino que les garanticen sus derechos, que se les respete su dignidad. Los jóvenes y las mujeres, estas particularmente, ya no creen en él, afirmar otra cosa es despreciarlos. Los abuelitos y los discapacitados no necesitan caridad ni sobadas de espalda, exigen atención y justicia. Las acciones emprendidas con dinero público, que significa esfuerzo colectivo, no son para que presuman los funcionarios que en todo caso y no siempre, apenas cumplen con su deber.

La vida de Mario Plutarco Marín Torres es como una película. No se pueden negar el esfuerzo, el talento, la firmeza de carácter, la tenacidad que lo llevaron de las carencias en la infancia al éxito en la madurez. Pero es una película con un final muy triste y lamentable. Y no se puede cambiar este final. Si acaso se puede editar una segunda parte, volver a empezar desde nada, desde menos que nada, a partir de una renuncia dignificadora.

Renuncie gobernador, no hay más. Nadie y menos sus verdaderos enemigos, los mencionados arriba, le agradecerán en el futuro su empecinamiento y su ceguera; antes lo negarán tres y 300 veces, cuantas sean necesarias Lo mismo harán sus compañeros de partido, que hoy calculan cuidadosamente lo que conviene a sus intereses, los de ellos, no los suyos gobernador. Mándelos al demonio. Que todos los que lo utilizaron y le mintieron, los que lo hundieron en la ignominia, los que se sirvieron de su trabajo, los que lo degradaron como persona, se defiendan y sobrevivan como puedan. Escuche, en serio la voz del pueblo (dicen que es la voz de dios). Escuche a quienes no le pidieron nada y le dieron lo más valioso que puede dar un ser humano: confianza y afecto.

Renuncia Mario, y vuelve a empezar.
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...